En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra,

Dijo Dios: «Haya sonrisas», y hubo sonrisas.

Dios vio que la sonrisa era buena, y separó la sonrisa del llanto

Dios llamó a la luz “sonrisa” y a las tinieblas “llanto”.

Atardeció y amaneció: fue el día Primero.

Dijo Dios: «Haya una bóveda en medio de la cara, para iluminar el alma.»

Dios llamó a esta bóveda “boca”. Y atardeció y amaneció: fue el día Segundo.

Dijo Dios: «Produzca la boca dientes, semilla que den dientes cada uno según su especie.» Y así fue.

Dios vio que esto era bueno.

Y atardeció y amaneció: fue el día Tercero.

Dijo Dios: «Haya lámparas en sus caras que separen el día de la noche, que sirvan para señalar las fiestas, los días y los años,

y que brillen en el firmamento para iluminar la tierra.» Y así sucedió.

Y atardeció y amaneció: fue el día Cuarto.

El ciclo vital de los órganos dentarios comprende una serie de cambios químicos , morfológicos y funcionales 

que comienzan en la sexta semana de vida intrauterina .

En la octava semana de vida intrauterina , 

se forman en lugares específicos  diez crecimientos epiteliales dentro del ectomesenquima de cada maxilar 

que corresponden a los veinte diente deciduos ,

 de esta lamina también se originan los 32 gérmenes de la dentición permanente alrededor del quinto mes.